Historia de la ciudad
Prehistoria
Existen vestigios del periodo paleolítico y neolítico en la zona, habiéndose encontrado un hacha cuarcita, fondos de cabaña con diversos objetos y tres molinos, dos de granito y uno de papel. En el Museo Arqueológico Regional de la Comunidad de Madrid, en Alcalá de Henares se exponen restos del yacimiento Camino de Yeseras, con materiales calcolíticos y alguna pieza campaniforme de muy alta calidad.
Edad Antigua
Los primeros indicios de la Edad antigua fueron restos romanos, exactamente unas cerámicas de barniz morado. Esto podría ser debido a que San Fernando se encontraba dentro de los territorios de Complutum, la actual Alcalá de Henares. También se encuentran objetos más modernos, pero también romanos, del siglo III, y son villas romanas, situadas en la confluencia de los ríos Henares y Jarama. También se ha encontrado una lápida funeraria. Esta dice: «A los dioses manes. Lucio Cornelio Quieto, de 60 años aquí yace. Séate la tierra leve.»
Edad Media
En el municipio de San Fernando no se han encontrado restos de presencia visigoda, solo lo que podría ser una especie de basurero, cerámicas y se documentó almacenamiento de cereales. En cuanto a la presencia árabe, se sabe que han estado presentes en el municipio. La toponimia del soto y Castillo de Aldovea es de ascendencia árabe, y se han encontrado tierras de secano de estos en el municipio.
Durante la Reconquista, San Fernando pasa a formar parte inicialmente al Reino de Castilla, pero, en el año 1109 los almorávides toman Alcalá y las tierras cercanas, incluida San Fernando. Pero, finalmente en el año 1118, San Fernando vuelve a formar parte del reino de Castilla. Tras esto, San Fernando queda enmarcada en la Comunidad de villa y tierra de Alcalá de Henares.
En 1481 se funda Torrejón de la Ribera. Este topónimo podría haber surgido por la presencia de un torreón creado para la Reconquista. Este emplazamiento es cedido al Conde de Barajas, aunque no se sabe cuándo.
Edad Moderna
Debido a las necesidades de abastecimiento de Madrid, se hacen tierras de cultivo en la zona, y se comienzan tareas de labranza. En esos tiempos surgen problemas fronterizos entre el alfoz de Madrid y las ya segregadas tierras del conde de Barajas. En 1571 se establecen moriscos en el pueblo, pero tras una rebelión, se decide segregarlos por todo el reino. En el siglo XVII Torrejón de la Ribera forma parte de la jurisdicción del Marqués de Buenavista. Torrejón de la Ribera era por entonces un simple caserío, en el que vivían unas 50/60 personas, y era una zona malsana, con gran parte de sus vecinos enfermando constantemente y asaltando carruajes que pasaban por la carretera.
Entonces se aprueba la creación de una fábrica de paños para la realeza. Esto se debe a la renovación económica que se produce en España durante el siglo XVIII de la mano del Reformismo Borbónico. La producción industrial española era insuficiente y el comercio colonial se hallaba en manos de extranjeros, estos factores provocaron la intervención de la Corona que se ocupó de la inversión económica y de la creación de nuevas industrias.
Este es el caso de San Fernando de Henares, ya que Felipe V de España, en uno de sus últimos actos de gobierno, dispone mediante un real decreto fechado el 29 de junio de 1746 la compra del lugar de Torrejón de la Ribera para el establecimiento de una fábrica de paños superfinos, y no tener que depender de importaciones extranjeras. Su sucesor, Fernando VI toma posesión del lugar el 30 de agosto y nombra como gobernador del mismo a Teodoro Ventura de Argumosa, caballero de la Orden de Santiago y Caballerizo de S.M., gran conocedor de las modernas técnicas de producción textil de los países europeos. El creador del proyecto de aquella nueva ciudad es aún desconocido, aunque por su similitud con otros edificios y poblaciones industriales realizadas a lo largo del siglo XVIII se puede intuir que su trazado estuvo a cargo del Real Cuerpo de Ingenieros Militares, creado por Felipe V y autores de la Real Fábrica de Tabacos de Sevilla y de la Real Fábrica de Paños de Guadalajara, entre otras.
El edificio de la Real Fábrica de Paños, se sitúa ocupando el frente Noroeste de la actual plaza de España, en el tramo en que aquélla estaba atravesada por la desaparecida calle de Pavía, hoy integrada en el conjunto peatonal de la plaza. Se trataba de una construcción industrial del periodo ilustrado, organizada en planta cerrada y cuadrada en torno a un gran patio central, en el que se ubicaba una fuente, estaba proyectado para posibilitar la realización del dicho proceso de fabricación de paños, al tiempo que proveía de iluminación y ventilación natural a las crujías interiores del edificio. La perfecta simetría de la composición se marca exteriormente mediante un cuerpo central situado en el eje, que avanza sobre el plano de la fachada principal a modo de «avant corps» característico de los palacios franceses de la época. En el centro de dicho cuerpo se sitúa la entrada principal y zaguán. Presenta la edificación dos alturas más bajo cubiertas y planta sótano distribuidas entre crujías. El sótano se destinaba a almacén, y solo la nave oriental correspondiente con la fachada principal contaba con dicho sótano. La planta baja albergaba todas las dependencias destinadas al proceso de producción, administración y capilla. La planta alta estaba ocupada por almacenes, tendederos de lana y vivienda del gobernador.
La fachada más representativa es la principal, construida en su casi totalidad en cantería obra de los escultores Agustín del Corral y Andrés de las Elgueras; en ella se encuentra toda la ornamentación del edificio. Se divide en cinco cuerpos, situándose en el centro del citado «avant corps» que actúa realmente como fachada principal. Presenta en su frente cinco vanos por planta y otro en cada uno de los lados. Los vanos de planta baja se rematan mediante arco escarzano y las ventanas altas, adinteladas aparecen protegidas con un guardapolvo situado sobre molduras barrocas que encuadran los balcones. En los paños ciegos pilastras almohadilladas rematadas por capiteles jónicos separan los huecos. Sobre la clave del arco del acceso principal se sitúa una cabeza de monstruo sobre la que se dispone una cartela con la siguiente inscripción: «REINANDO EN LAS/ESPAÑAS DON FERNANDO/SEXTO/SIENDO GOBERNADOR/DON TEODORO VENTURA/ARGUMOSA CAVALLERO/DE SANTIAGO/CABELLERIZO DE SM/AÑO DE 1748». Un gran escudo corona la planta alta en el eje de la composición. Un balcón corrido con barandilla de hierro recorría la totalidad del edificio, separando ópticamente las dos plantas. Las restantes fachadas se construyeron en fábrica de ladrillo íntegramente, salvo un zócalo de cantería. En la actualidad, solo se conservan los restos de la fachada principal, integrados tras su restauración en el nuevo edificio del ayuntamiento realizada por los arquitectos Sol Madridejos y Juan Carlos Sancho.
Frente a la fábrica, siguiendo el eje de composición de la misma, se construyeron viviendas para sus trabajadores lo que daría origen al actual municipio. Ante la fachada principal de la fábrica se abrió una plaza de planta cuadrada (llamada actualmente Plaza de España) que se unía por un eje con una segunda plaza, redonda en este caso (actualmente Plaza de Fernando VI).
El trazado y construcción de la nueva población responde a los esquemas urbanísticos del barroco europeo de la primera mitad del siglo XVIII.
Así, ante la monumentalidad de la fachada principal de la fábrica, se abre la unidad y sencillez de la plaza de España, plaza casi cuadrada formada por tres frentes que comprendía originalmente 32 edificios con plantas distintas y una fachada común de fábrica de ladrillo con encajonados de pedernal cubierta de teja curva continua, con buhardillas para venteo de los devanes bajo la misma, y alero ornamental continuo formado por canecillos moldurados de madera. Toda ella muestra una gran sobriedad de líneas, propia de la arquitectura civil castellana. Algunos de estos edificios estuvieron destinados en el pasado a distintos servicios para los habitantes: panadería, lonja, mercería, carnicería, botica, etc.
El proyecto de San Fernando comprendió además de la fábrica y nueva población inicialmente pensada para sus operarios, una serie de obras de apoyo a las necesidades de la fábrica y la nueva población, tales como obras hidráulicas para la canalización del río y riego de las huertas, que comprenden una presa y caceras para abastecimiento del Batán, molino de papel, lavadero y tintes que atender a operaciones de la fabricación de paños, que por su riesgo quedaban desligadas de la fábrica y la población. Esto último junto con la construcción del cementerio y el matadero fuera de los límites de la población y relativamente alejados de ella, inauguran un nuevo concepto de higiene urbana que se ha desarrollado a partir del siglo XVIII. Así mismo, por vez primera, se planifica una ciudad y su territorio circundante, en función de las necesidades de imperativo económico que impone la producción, estableciéndose por parte de la fábrica y la población, una relación de «dominio» del territorio circundante.
En 1753 la fábrica se traslada a Vicálvaro, debido a la baja productividad de esta. Esto fue debido a que gran parte de los trabajadores enfermaron, y a los altos precios de los tejidos. En San Fernando dejan los almacenes.
El edificio se usa para hacer una casa de corrección, donde se enseña a las personas a leer y escribir, o enseñaban oficios. Este servicio está activo hasta que en 1801 se traslada a los reclusos a Madrid.
Edad Contemporánea
Durante la época de la ocupación francesa, el Real Sitio de San Fernando de Henares fue muy castigado. Más de ocho mil soldados se acuartelan en el lugar. Éste sufre incendios, saqueos y queda en una situación lamentable.
En 1829 el edificio de la fábrica, que había servido como hospicio, es cedido, en ruinoso estado, para el establecimiento de una manufactura de tejidos de algodón y estampados con protección real. Así, en 1836, atendían la fábrica 633 personas, contando con una bomba de vapor y 450 telares. Entre los años 1842 y 1846 se renueva la huerta bajo la dirección de Fernando de Boutelou, planteándose 4.000 árboles frutales y organizándose calles y paseos. En 1860 se construye un ferrocarril en San Fernando. En 1864, el Real Sitio es vendido a particulares, cuya principal actividad es la agricultura y ganadería.
En 1916 el pueblo cambia de nombre, pasando de llamarse San Fernando de Jarama al actual San Fernando de Henares. Entre 1920 y 1922 llega la electricidad al municipio y en 1931 llegó la primera línea telefónica.
En los años de la Segunda República San Fernando es incluido dentro del proyecto del GATEPAC, conocido como Las playas del Jarama, que pretendía dotar a Madrid de espacios para el ocio y el esparcimiento de las masas, en el marco del «Estudio para Plan Regional de Madrid de 1931».
Ya en los años 60 el pueblo es industrializado, y prácticamente desaparece el sector primario, excepto por las pequeñas fincas en las vegas del río Henares y Jarama. Debido a esto, mucha gente emigra hacia San Fernando, principalmente de Castilla-La Mancha, Andalucía y Extremadura. Por ello, se ensancha el pueblo, construyéndose nuevas viviendas e infraestructuras.
En 1965 se crea un sistema de alcantarillado, se pavimentan las calles y se amplía el cementerio viejo.
En 1968 la COPLACO (Comisión de Planeamiento y Coordinación del Área Metropolitana de Madrid), antecedente tecnócrata de la actual Comunidad de Madrid, aprueba el primer PGOU (Plan General de Ordenación Urbana) para San Fernando en el marco de una ordenación conjunta con Coslada. Dicho plan, configurará los nuevos barrios residenciales que definirán en gran medida buena parte del actual San Fernando, y del que son producto las actuales urbanizaciones de Ciudad Parque Henares (primeras fases en torno a las avenidas de Eibar, Irún y San Sebastián), Copasa y Fuencasas (en torno al parque 1º de Mayo), que se desarrollarán a lo largo de los años 70 y primeros 80 del pasado siglo XX.
En 1972 el canal de Isabel II comienza a suministrar agua a San Fernando, se construye una depuradora y se terminan las obras del alcantarillado.
Con la llegada de los ayuntamientos democráticos en 1977, se aborda una política de tendente a corregir los graves déficit que tenía San Fernando en materia de equipamiento social, asistencial, sanitario, educativo, de zonas verdes e infraestructuras básicas, producto del rápido desarrollo urbano de los años 70 en cuya década casi se duplica la población del municipio. Se aborda la revisión del PGOU de 1968, que si bien era correcto en su formulación técnica, adoleció de una falta de seguimiento en su ejecución y desarrollo, desarrollándose aquellos sectores con mayor aprovechamiento sin captarse el suelo previsto para zonas verdes y equipamientos. Esta situación obligaría al ayuntamiento a un largo proceso de negociación con propietarios y particulares, que dilataría la redacción del plan de 1981 hasta 1988, parándose el desarrollo del municipio durante la década de 1980.
El 9 de noviembre de 1983 el casco histórico es declarado conjunto histórico-artístico.
El PGOU de 1988, configurará el San Fernando actual con sus nuevas barriadas de vivienda unifamiliar adosada de moda en los planes residenciales de aquel momento a semejanza de las «New Town» inglesas y que tenían su reflejo madrileño de aquellos años en el conocido Sector 3 de Getafe. Este plan se significó, además de por la protección normativa del casco histórico; por dotar a San Fernando de equipamiento y zonas verdes en todos los barrios, cambiando el tipo residencial de bloque abierto prevista por el PGOU de 1968 en los sectores aún no desarrollados del mismo, por otra de tipo unifamiliar en la zona de borde del casco hacia la vega y el río, dando lugar a una ciudad menos densificada, vertebrando la expansión de los nuevos barrios de vivienda unifamiliar, en torno a una nueva vía rápida de borde urbano a modo de circunvalación.
Este plan renunció al desarrollo de nuevos polígonos industriales, así como de grandes centros comerciales urbanos, si exceptuados el hipermercado de carretera PRYCA (hoy Carrefour) junto a la A-2, que no se desarrolla al amparo del plan, sino como un PLAN ESPECIAL al margen de éste, con una normativa protectora del medio físico del resto del término municipal, sin resolver el problema de la accesibilidad al casco urbano, que seguía estrangulada a través del polígono de Coslada por las avenidas de La Cañada Real y de San Pablo. Tampoco la normativa de protección del casco histórico, posibilitó su puesta en valor y recuperación de manera socialmente rentable para la ciudad. El parón en el desarrollo en la década de 1980, como el modelo de desarrollo residencial de baja densidad propuesto para los nuevos barrios, hicieron que San Fernando perdiera dinamismo y centralidad urbana en favor del entonces pujante municipio de Coslada. El desarrollar todo el suelo residencial disponible en tipos de edificio para vivienda unifamiliar, generaría a la larga, dadas las limitaciones impuestas al desarrollo de San Fernando por el aeropuerto, la actual carencia de suelo suficiente para nuevas viviendas, y la escalada de precios de vivienda y suelo experimentada en el municipio desde mediados de la década de 1990 hasta nuestros días, permaneciendo el municipio, en la actualidad pese a la crisis inmobiliaria y financiera de 2008, entre los más caros en el mercado de compraventa y alquiler de viviendas de segunda mano en la zona.
A partir de la segunda mitad de la década de 1990, se toma conciencia de los problemas relativos a la decadencia urbana del centro del municipio, los problemas de accesibilidad, vivienda y nuevas posibilidades de desarrollo. De 1997 a 2002 se aborda la revisión del PGOU de 1988, donde en un contexto de expectativas favorables de desarrollo económico, se plantea un nuevo modelo de ciudad que abordará la recuperación y dinamización del centro histórico, la resolución y mejora de los accesos apoyados en las nuevas autopistas metropolitanas previstas, que a su vez permitirán nuevas posibilidades de desarrollo para terrenos hasta ese momento rústicos.
Así el plan que se aprueba en 2002, establece las condiciones para la recuperación del centro histórico, y califica más de 5 millones de metros cuadrados de suelo para nuevos usos industriales, terciarios, logísticos y comerciales entre la M-45/M-50 y Torrejón de Ardoz, así como a ambos lados de la A-2 junto al río Jarama. El plan de 2002 renuncia sin embargo a formular propuestas para la expansión residencial del municipio, condicionada por sus límites administrativos además de por el impacto del plan de ampliación del inmediato «Aeropuerto de Madrid-Barajas», y la zona de protección ambiental ligada el «Parque Regional del Sureste», en cuyo ámbito se pretende la captación de suelo para la creación de zonas verdes forestales y recreativas de carácter público en torno a la ribera del río Jarama. No obstante prevé la construcción de viviendas en diferentes espacios vacantes de suelo dentro del casco, así como por cambio de uso a residencial de una zona industrial aislada dentro del mismo, de cerca de 1000 viviendas, aparte de las asociadas a las actuaciones en el casco antiguo, y otras 1000 resultantes del incremento de aprovechamiento urbanístico en los barrios de borde del casco histórico. Todo ello, dejado mayoritariamente en manos de la iniciativa privada, lo cual redundará en el agravamiento del problema de acceso a la vivienda para los jóvenes de San Fernando que en aquellos años acusarán la escalada de precios de la vivienda propia de la burbuja inmobiliaria vivida hasta 2007 con el inicio de la todavía vigente crisis económica. El desarrollo del vigente el PGOU de 2002, que calificó todo ese suelo para actividades industriales, terciarias, logísticas y comerciales, nuevos sectores dejados todos ellos en manos de la iniciativa privada, ha sido lento o nulo durante la crisis de 2008, que ralentizó el desarrollo de muchos de los nuevos sectores productivos, así como en la consolidación de los ya urbanizados como es el caso SUP.I-3 donde hoy se asienta el polígono Puerta de Madrid junto a la M-45/M-50 y al sur del polígono de Las Fronteras. Sin embargo desde finales de 2014 se ha reactivado el desarrollo de los polígonos industriales, con la consolidación de los ya urbanizados que acogen la creciente implantación de nuevas empresas, y la urbanización de otros nuevos sectores como los denominados SUP.I-2 y SUP.I-4 al Norte de la planta de Repsol el municipio el primero, y entre la carretera del INTA y la A-2 el segundo especializado en actividades logísticas e industria escaparate. San Fernando ofrece la mayor oferta de suelo para usos industriales, logísticos y terciarios de todos los municipios del Corredor del Henares, en condiciones ventajosas de accesibilidad a un precio competitivo, y eso se está notando en la reactivación de su urbanización y consolidación con el cambio de ciclo económico tras la crisis, reportando un superávit creciente de las cuentas municipales.
San Fernando de Henares sigue siendo sin duda uno de los municipios pertenecientes a una todavía centralizada Área Metropolitana de Madrid, haciendo muchas veces de una ciudad dormitorio para la metrópoli. Aun así, como municipio independiente, se conserva una clara identidad de pueblo entre sus habitantes.
Entre los años 2005 y 2011, se acometió la rehabilitación y revitalización del Casco Histórico, ejecutando el proyecto de reconstrucción y restauración parcial de la barroca Plaza de España que data de la época fundacional del pueblo a mediados del siglo XVIII, actuando también en la recuperación del solar de la antigua Real Fábrica de Paños convirtiéndolo en una nueva plaza rodeada de viviendas de moderno diseño, tras el nuevo edificio de ayuntamiento inaugurado en 1999 y en el que se integraron los restos monumentales de la fachada de estilo barroco tardío del desaparecido edificio fabril del dieciocho. En la urbanización de la nueva plaza, que ocupa el solar de mencionado edificio que dio origen al Real Sitio fabril según el ideal ilustrado, se integraron los restos arqueológicos más significativos del mismo, restos que también salieron a relucir durante las obras de prolongación del metro de Madrid, (que cuenta con tres paradas en San Fernando desde mayo de 2007), concretamente en la construcción de la estación de San Fernando, que se ubica bajo la mencionada nueva plaza.